"¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?" La Biblia, Mateo 6:27.

Continuación del Estudio del Evangelio de Juan

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Biblia, Estudio evangelio de Juan completo.

Escribe Javier R. Cinacchi en
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Última edición: 17 diciembre 2017
[Lectura: Evangelio de Juan 13:6-11]

El impulso del hombre

(Para comprender bien este texto, además de leer el Capitulo 13 del Evangelio de Juan, le recomiendo asimismo leer el comentario anterior. Estudio del Evangelio de Juan por el autor Javier R. Cinacchi.

Jn.13:6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
Jn.13:7. Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Jn.13:8. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Jn.13:9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Jn.13:10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
Jn.13:11. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
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Jn.13:6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
El ser humano es bastante impulsivo, y de eso quiero hablar en esta parte del estudio completo del Evangelio de Juan, tengase en cuenta que el tema del lavamiento de pies ya se vio en el título anterior. Se dijo que era una tarea que o hacía un sirviente, o se le daban a la persona los elementos para que esta lo realice sola. Entonces Pedro, bastante impulsivo, costándole soportar eso emite una queja en forma de pregunta: "Señor, ¿tú me lavas los pies?". En muchas cosas solemos en argentina utilizar la palabra "saltar", "enseguida saltó", es como reaccionar de forma impulsiva estando en desacuerdo: ¡Pero cómo! y esto desde a personas hasta incluso a Dios mismo, si a Pedro, que llegó a ser en un momento líder de la iglesia le pasó, cuánto más a nosotros. El problema es que muchas veces no nos damos cuenta.

El "saltar mal" puede ser por distintas cosas, en parte eso es producto del fanatismo u orgullo, aunque también podría ser por distintos motivos, celos por ejemplo, algo que está mal. A Jesucristo lo querían apedrear porque hacía actividades en el día de descanso (fanatismo). El tema está también relacionado con el punto anterior: el amor. Han habido a lo largo de la historia de la iglesia ordenanzas muy absurdas... y los miembros si no las respetaban eran criticados, rechazados, etc. No se critica por amor, ni se intenta cumplir a la perfección algo por orgullo, y Dios puede hacer lo que se le de la gana, ¿se entiende? si quiere sanar escupiendo en tierra lo hará (Le recomiento lea todo Juan capitulo 9), o si quiere que alguien se divorcie, eso pasará, o si quiere sacarle a alguien todo lo que tiene (Job), eso pasará etc. Esto no es capricho, es que la Enseñanza es una guía para las personas, y la cultura es tema aparte que no tiene porque Dios respetarla. Ahora guste o no uno termina haciendo lo que Dios quiera. "Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye." (Jn.9:31)

Jn.13:7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Dios hace las cosas con motivos, en este caso era brindar una enseñanza. Así ocurre en nuestras vidas, aveces no vamos a comprender cosas hasta pasados años, otras veces nunca comprenderemos. Tal vez alguien no comprende porqué lo dejó su pareja, o peor porqué enfermó alguien que amaba o usted mismo y el Admirable no lo sanó, o cosas peores. No siempre hay respuesta, nos movemos por fe y amor en Dios, entonces no hay que ser impulsivo, hay que intentar tener paz, sabiendo que Dios está. ¿Leyó en el Evangelio de Juan, capitulo 9? Le preguntan a Jesús porqué un ciego de nacimiento era ciego y él en ese caso responde "para que las obras de Dios se manifiesten en él" (Jn.9:3), ¿cuánto sufrió en su vida ese ciego? Aveces no nos enteramos de los motivos por lo que nos pasaron cosas, aveces sí, y no es algo genérico que podamos aplicar en todos. Y sin embargo hay males que nos hacen bien, Romanos 8:28.

Jn.13:8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Reitero: guste o no, uno termina haciendo lo que Dios quiera. Yo eso también lo he visto varias veces en mi vida, y pasaron los años y un día pensando me dije: "en realidad tengo lo que quería, me han pasado cosas que no quería, pero sin ellas no podría ser lo que hoy es, o saber lo que ahora sé". Prácticamente siempre tuve miedo de Dios y no me atrevo a afirmar algo ligeramente de forma segura, es decir no me atrevo a decir "nunca tal cosa", porque es obvio que el Eterno puede hacerme hacer tal cosa eternamente si lo desea. Yo soy divorciado, intenté salvar el matrimonio hasta mi último aguante, y no se pudo, y quedé separado parcialmente de mis hijas, y hasta ahora no conozco un dolor más grande que el que pasé en esos meses, extendido años. Luego, nunca en mi vida quisiera volver con mi ex, le pedía a Dios todos los días eso... porque era, y es en mi cabeza un "nunca, jamás", y añado un por favor Dios que así sea, nunca quiero volver con esa persona. No la odio, todo bien, pero no la quiero siendo parte de mi vida. Otro caso, recuerdo haber roto una única vez "mi palabra" dada, así tipo juramento, en primer lugar la di enojado, dije: "nunca volveré a este lugar", y en segundo lugar, sentía que aún tenía que volver, la rompí, volví.

¿Si Jesús no nos lava los pies no tendremos parte con él? El simbolismo del lavado de pies ya se analizó en el título anterior. Sin embargo mi opinión es que la creación de Dios continúa, no terminó en siete días o periodos de tiempo, Dios en este momento está creando. Entonces si quiere hacer algo conmigo ¿yo me opondré? De hecho opino que nada es casual y que a los que buscan la guía de Dios, Dios lo guía; y a los que buscan el reino de Dios, Dios reina en sus vidas. Sí creo que nuestra vida de algún modo está marcada aún antes de nacer, decidimos, pero nuestras decisiones ya están escritas. Y solo alguien puede cambiar el destino: Dios. El hombre puede arrepentirse, pero si Dios quiere algo lo hará igual; Dios puede arrepentirse y hacer lo que quiera, porque él todo lo sabe y puede, todo lo que hace por algo es. Podemos desconfiar de las personas, pero desconfiar de Dios es un absurdo. Ahora no tenemos que confundirnos nosotros, eso es lo difícil. Mirá que impulsivo que es el hombre: (5) "y comenzó a lavar los pies de los discípulos" (...) Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás (8).

Voy ha hacer un paréntesis: Es muy difícil aveces saber cuál es la voluntad de Dios, qué pedir, qué hacer. El corazón nos engaña y el razonamiento falla. Mi regla general de comportamiento actual es la siguiente, dejo que las cosas pasen y sin embargo soy precavido. Miro el entorno de mi vida, y de la situación que se me presenta, posibilidades, y mi sentir interno; y allí decido. Obviamente oro, aunque sinceramente no por todo, cómo si Dios no supiera algo si no se lo digo. Tengo en cuenta lo que me gusta y lo que no. Cuando algo me incomoda en mi interior le presto atención. Lo que yo pueda hacer es muy poco, no es que si vas a la iglesia está todo bien y si vas a un bar está todo mal, la ecuación no es así de sencilla en la práctica; el único que maneja todas las variables es el Admirable, el Poderoso. También me he sacado la costumbre de querer "adivinar" la voluntad de Dios, en el sentido de hacerme toda una novela a partir de algo, aveces algo es solo ese algo. Una pieza más en el rompecabezas del universo, un instante en la vida, quizás de disfrute, quizás de trabajo, quizás de soportar, o lo que sea. Asimismo, cada uno va a ir teniendo una experiencia personal con Dios, porque todos somos distintos, y él evalúa según cada uno. Que Dios haga algo con Pedro por tal cosa, no quiere decir que ocurrirá lo mismo con Juan. Soy yo mismo, no me disfrazo. Supongo a alguien le servirá esto: en los ministros que buscan que el poder de Dios se haga manifiesto, es muy importante mínimo orar una hora por día, pero no todo es orar, hay que tener la vida preparada.

Jn.13:9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Jn.13:10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.



Pedro pese a no gustarle por estar en contra de su cultura, decide entre ella y Jesucristo sin lugar a dudas a Jesucristo. En la costumbre aveces se lavaban no solo los pies sino también las manos y la cabeza. En el versículo 10 algunos sacaron la teoría de que es necesario limpiarse el andar diario, que por dentro ya estamos limpios por Cristo. Puede ser, pero no hay que sacar una doctrina de esto, más bien lo veo como una interpretación poética. El cristiano es limpio, en el andar diario se puede "ensuciar" o no; y no hay una doctrina marcada en la Biblia sobre el limpiarse a diario con algún rito. Lavarse las manos antes de comer, o lavarse los pies después de viajar con sandalias en piso de tierra, todos en general hacían esto. Por otra parte uno necesita pasar tiempo con Dios para estar limpio, oración, estudio de la Palabra, meditar en sus obras, emitir alabanzas, pensar en Dios. Porque si estamos todo el tiempo pendiente del mundo en lugar de Dios allí uno se aleja.

Jn.13:11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
Aquí hablaba de Judas. Jesucristo sirvió a todos, incluso a los que lo querían matar. A Judas no lo consideraba limpio, iba a entregar al Maestro traicionándolo, robaba de la bolsa de las ofrendas, criticaba. La limpieza interior da buenas cosas: paz, alegría, tranquilidad, dominio propio, amor, buenos pensamientos; estar sucio ¿y quién no lo ha estado? da mala inclinación interna, nervios, tristeza, intranquilidad, falta de dominio, odio, rencor, malos pensamientos y actitudes, maldad y cuántas cosas más...

El hombre, la mujer, el niño, la niña, el anciano, la anciana, todos tienen impulsos. Entre los discípulos de Jesucristo vemos en este instante a Pedro que no quería que el maestro le lave los pies, y a Judas que lo iba a traicionar. Hay que serenarse en el interior, aprender de Dios y conservar lo aprendido, tener verdaderamente confianza, paz, amor. El cristiano es distinto a un no cristiano, en primer lugar más que un control interno, lo que se tiene es un cambio interno. Porque si amás, no te enojás. Incluso si amás a Dios y todo lo que te da: la vida; poray te pasa algo malo y tu reacción es reírte, eso es porque se está vacío de odio, se comprende las situaciones, te pasó algo malo, y bueno de algún modo se solucionará, tenemos a Dios. Además ¿con todas las cosas que hay para disfrutar, por una o un par te vas a arruinar?