Hubiera tardado más...
Me hubiera echo el perdido,
¡Qué disfrute las bellezas!
Aunque una no me haya querido.
Aunque la otra...
Yo no quiero arruinarle la vida,
esperándome a ver si vuelvo,
vivo, herido, o muerto.
Es una princesita hermosa,
y yo parezco más un bandido;
que un príncipe que adorna,
su cabeza con una corona.
Mi corona son las nubes del cielo,
y mi destino es incierto,
ya no soy un muchachito,
y no sé, si querrá estar conmigo...
Seguro que al lado de ella,
todos me negarían por dentro,
¡Qué cómo está con migo!
Y enojado yo, e incómoda ella...
No, no puedo hacerle esto,
espero no sea un atorrante,
el que ocupe mi posible lugar.
¡Ay de nuestro destino!
Continuando con la vida
Y llega a su casa solitario,
una vez más, habiendo ganado,
con su destreza su salario.
Es en ese momento,
cuando más extraña
tener una compañera.
Pero no es nada que lo ahogue,
se desparrama cómodo,
agarra un libro y bebe vino.
A la mañana siguiente,
volverá a entrenar,
la vida se vive al andar.
¿Qué es el triunfo?
Tal vez algunos de los delincuentes,
a los que le ganó en combate,
dejaron una bella mujer enamorada,
lo que él desea y no tiene.
Y no se siente ni triunfador ni derrotado,
se siente con fuerzas viviendo,
(aunque se tenga que auto obligar).
Son pocos lo que lo tienen todo.
“Lo que hago es mi destino,
porque sino estaría haciendo
otra cosa, y me considero bueno.
Y por las dudas me evalúo.”
La victoria no es el único triunfo,
sí el superar el duro combate.
No darse por vencido,
Y la felicidad: va y viene.
Alguien nace y muere peleando,
con su espada día y noche entrenando.
Otro con mil y un problemas enfrentando,
puede no tener tiempo para ser mejor.
Y aún se presenta en la batalla...
y aún sabiendo que no ganará...
siendo más valiente que su contrincante,
que supone su victoria tendrá.
¿De quién es el triunfo?
La victoria no es solo del ganador,
su victoria a veces es menor,
que la del que ha perdido.
¿Y es mayor la del que se la pasó entrenando,
del que menos entrenó y más disfrutó?
No, cada uno tendrá sus trofeos,
el pago de sus esfuerzos.
Aveces veo los mejores soldados
peleando en el silencio.
Muchas veces has sido tú,
un verdadero victorioso.
Tienes que saberlo, entenderlo.
Continúa hacia adelante,
aunque destrozado te den
ya muy poco tiempo.
Plántate bravo y desafiante,
entrena, prepárate, vence,
cada uno de tus miedos.
Ten motivación a seguir adelante.
A veces, veo al desafiante,
que intenta aún de anciano.
También un trofeo no siempre es justo,
aveces es cuestión de suerte.
¿La suerte del destino?
Cada cual tiene sus “trofeos”,
aunque no brille como el oro,
ni se haya vuelto famoso.
Uno entrena con fervor,
otro limpia pañales con amor,
otro decidió ser honrado,
otro sus sueños dejó a un lado por otros...
A muchos les tocó estar tranquilos,
cuidados, y hasta con dinero fácil.
A otros les tocó abrirse camino,
con mucho esfuerzo.
¿Quién tiene más triunfo?
Un rey nació para una corona.
Un campesino trabaja duro,
y sufre cada día sin una espada.
Si la felicidad viene por los triunfos,
un buen campesino puede ser más feliz
que los que ocupan tronos,
o que el general de ejércitos.
¿Y tener una belleza al lado es un triunfo?
Aveces sí, y aveces te causa más dolor,
que estar solo y te deja arruinado.
Y una buena compañera...
Es un gran triunfo,
generalmente aprendieron,
a abrirse paso...
(Y seamos sinceros,
la pasión depende de los dos.
De tener buena voluntad para el amor,
y ser bien compañeros.)
Tal vez la mitad del mundo,
vivió solo fantasía,
en sus historias de amor.
Y no siempre son trágicas
las derrotas,
o alegres las victorias...
Yo soy El Flaco
Yo soy El Flaco,
sigo vivo y doy pelea,
bien bravo y valiente,
pues... no me queda otra.
No tengo suerte
con la belleza de una mujer.
¿Qué le vamos a hacer?
Pero sé pelear muy bien.
Casi siempre me pateo en contra:
Cuando me gusta y no me quiere,
cuando me quiere y no me gusta,
o si me gusta, y veo no nos conviene...
O me patean ellas:
Porque soy bicho raro,
sombrío solitario,
y supongo las criticarán al estar conmigo.
¿Qué le vamos a hacer?
Cuando debí buscarlas entrenaba,
tendría que haber aprendido
a no ser especial.
¿Pero qué me digo?
¿Y si por no saber pelear,
nunca regresaría a su lado?
¡Uff! yo y mi fatídico pensamiento...
Siempre dando vueltas en lo mismo
Algunos hombres,
siempre damos vueltas en lo mismo.
Que nos gustan las bellas mujeres,
y la peleamos por el dinero.
Y damos vueltas intentando,
tener las dos cosas,
Y supongo así seguiré marchando.
Y aunque nos centremos
en una sola cosa,
queremos ambos triunfos.
...Ya no me imagino conformado,
creo que estaría más aburrido,
que si me la paso intentando.
...O estaría panza pa arriba,
disfrutando de caricias,
¿Dando mínimas utilidades?
¿Será qué el verdadero triunfo?
depende de cada caso
y todos triunfamos y somos
derrotados en algo.
Mi mayor triunfo,
es seguir honrado y vivo
¡que la sigo peleando!
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En la Biblia dice: (1) Muy dichoso aquel que no se guió por consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de burladores se ha sentado:
(2) Antes, en la Enseñanza de Yahweh está su deleite, y en su Enseñanza medita de día y de noche. Salmo 1.