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En
esta lectura sobre historia, se tratará de Ramón
Carrillo; uno de los tantos héroes que tuvo la historia
argentina, y de los cuales poco o nada se habla en las escuelas.
Principalmente se ha centrado para esta lectura en el libro -que posee
un muy buen informe de su vida-: Historias Secretas del Peronismo,
autor: Alejandro C. Tarruella. Hay mucho para escribir y contar de
él. Podría decirse que lo siguiente es un gran resumen, en
el que no se quiso obviar su carácter humanitario.
https://www.estudiargratis.com.ar/historia-argentina/resumen-ramon-carrillo.htm
Bien expresa el libro de Alejandro C. Tarruella cuando dice:
“Ramón Carrillo un hombre único e irrepetible” que tuvo
gran “pasión por el servicio público”. Grandes
conocimientos, gran humildad, logró mucho poniendo gran esfuerzo,
y pese a ello lo hicieron olvido.
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La dictadura de 1955 lo transformó en perseguido
político. Carrillo había realizado un sistema sanitario
incomparable a nivel internacional, poniendo a las personas en el centro
de la escena de la actividad preventiva de salud.
Florear Ferrara lo definió así: “Ramón Carrillo, fue ante todo un héroe civil”.
Décadas antes de la irrupción del peronismo en la historia
argentina. El profesor José P. Arce fue el creador, en 1930, de
la sala XII del Hospital de Clínicas, donde preparó para
que Carrillo -en aquel entonces su ayudante-, se pusiera a trabajar en
la parte de cirugía neurológica. Se volvió en tal
área, el principal protagonista de investigación
básica científica sin antecedentes en la Argentina.
Ramón venía, de una familia santiagueña
tradicional. Una vez graduado, y en donde J.P. Arce lo puso en una
cátedra como profesor titular; luego se dirigió a Europa
para seguirse perfeccionandose. Fue discípulo del primer
neurólogo de allí, Brouwer. Trabajó tres
años, y regresó a la Argentina en 1934.
Continuó
“estudios ya iniciados en el laboratorio de Ariens Kappers, sobre
anatomía comparada del sistema nervioso”, “sistematizó la
yodoventriculografía y dedujo del estudio de las imágenes
obtenidas originales puntos de vista para el diagnóstico”, con lo
cual hizo “Yodoventriculografía de la fosa posterior” su libro
sobre el tema, recibido con elogio por neurólogos y
neurocirujanos. Además inició la tomorradiografía
del encéfalo, y continuó sus estudios de anatomía
patológica. Revolucionó conceptos, y trabajó duro
como científico teniendo entonces 36 años.
Ramón Carrillo era un hombre honesto, se movilizaba por las
personas, “sencillo en extremo, acostumbrado a caminar por los barrios,
los montes y las montañas”, como si “cada singularidad humana
fuera parte de su razón de ser y de hacer”. Trabajaba con gran
pasión, conocimiento, y humanidad.
Tuvo una vida difícil: “Un hecho casual siempre aparecía
un desafío en el que debía probar sus convicciones”. Por
ejemplo, en 1937 falleció su padre, y él se encargó
que sus cuatro hermanos menores vinieran a Buenos Aires, para que
iniciaran todos ellos estudios universitarios en medicina.
En 1939 Ramón Carrillo estuvo a cargo del Servicio de
Neurología y Neurocirugía del Hospital Militar Central.
Allí tuvo acceso a documentación que le mostró los
problemas de ineptitud física de aspirantes al servicio
militar. Y, nuevamente surge la preocupación social de Carrillo:
“marcaba los límites de su acción como si fuera algo que
estuviera profundamente alojado en sus mas íntimas convicciones”.
Mantera, un colega lo describe así : “ (...) Carrillo, el hombre,
era serio sin seriedades. De sonrisa fácil y amplia como una
mano tendida hacia los semejantes. Físicamente no se destacaba de
los demás sino por su criolla tez morena (...)”.
Carrillo
entonces investigó sobre el estado físico de los
jóvenes convocados al servicio militar; y en especial de aquellos
provenientes de Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero.
Estaban siendo descuidados los derechos de los más necesitados.
Aprovechó su labor para pedir un estudio y establecer la cantidad
de camas hospitalarias cada mil habitantes que había en el
país. La encuesta mostraba desniveles existentes entre diferentes
provincias. El registro de la Capital al de las provincias eran
injustos y deficitario, lo mas apremiante: la falta de un cuidado social
acorde al necesitado e igualitario, ni existía un proyecto para
suplir las necesidades de los más pobres.
A los 35 años fue elegido profesor titular de Neurocirugía, al fallecer el profesor Manuel Balado.
Aun hoy se destaca el trabajo de Carrillo en la evolución de las operaciones que incorporaron técnicas avanzadas.
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Estuvo una década trabajando en el instituto de
Neurocirugía, y volvió a publicar la única revista
en América latina del tema.
En 1944 creaba y dirigía, el Instituto Nacional de Neurocirugía.
En 1945 asimismo es decano interino en la Facultad de Medicina. Y crea
escuela de posgrados. En la secretaria de trabajo y previsión,
conoce a Juan Domingo Perón. Le contó de sus
preocupaciones por la salud social, cuando Perón ganó las
elecciones, inmediatamente lo llamó a la recién fundada
Secretaría de Salud.
En 1946 bajo el padrinazgo de Perón y Evita se casó con
Susana Pomar, quien había sido su alumna de un colegio donde daba
clases. (*) - Ramón Carrillo Segunda parte -
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(*) Realizó este escrito – informe Vanesa S.C. utilizando como
fuente principal, el libro Historias Secretas del Peronismo,
autor: Alejandro C. Tarruella. |
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