"Cuando me cuentes la historia de tu vida, estoy segura de que será como si me leyeras una novela de amor" Sheridan Le Fanu.
Leer la novela online: El Grupo de los Diecinueve Jóvenes y la Primer Puerta.
Autor Javier R. Cinacchi
Es la página 93 del libro.
—¿Y qué más sabés de esa puerta? ¿Y por qué dijiste... ?
—Nada más Marcos —le dice su padre—, ya basta por favor, más respeto. Y a veces se saben cosas en el interior, se tienen convicciones. Allí les conviene ir en vehículos 4x4, debes pasar por rutas, y luego en el Impenetrable transitar por caminos y senderos de tierra arenosa. ¡Es toda una aventura! y deben llevar carpas. Pero Marcos, la verdad, es que no hay un castillo… ¿La puerta? No sé bien qué es lo que hay escondido, entre medio de árboles y vegetación. Entre las oscuridades, o en dónde la mente se confunde, o si es un lugar en el cual en realidad hay dos lugares juntos, o más, distintos. No sé. Esta piedra de noche iluminaba mucho, cerca de aquel lugar. Seguimos según la intensidad de la luz las dos veces al estar ahí. Veíamos hacia donde se acrecentaba o menguaba la intensidad. Es imposible que exista un castillo allí. Ten cuidado, mucho cuidado. No sé lo que vimos, ni nos animamos a entrar…
—Igual tienes este mapa —dice la madre sacando un mapa de papel corriente, viejo, gastado, y un poco roto.
—¿Entrar?
—Sí, al castillo —afirma el papá de Marcos. Añade:— Todo esto es muy sospechoso… No nos atrevimos a entrar, pero en un momento estuvimos dentro. Ni sabemos bien, la puerta estaba rodeada de oscuridad, y estábamos asustados. Tal vez en un momento quedamos entre ruinas de un castillo, selva, y la puerta esa estaba entre todo ello. Era como una locura hijo, o alguien borró parte de nuestra memoria, o el miedo. Mirá, este mapa apareció un día en la puerta de mi casa, antes de mudarme aquí y luego de lo que te contamos de las gitanas. Tal cual como lo ves, con las rutas marcadas y ese circulo indicando el fin del recorrido.
Luego de esto, se pusieron a hablar largamente de la zona, lo que fue el viaje, y el castillo que vieron ¿pero no está? Aquel que vagamente recuerda Marcos. Les explicó cómo no perderse. “Te acordás” fue escuchado una y otra vez. Relámpagos que caían cerca, personas de las características que vieron en la costanera, que se movían en los alrededores escondiéndose entre la vegetación, dejándose ver de a ratos. Los padres en un momento corriendo sin dirección. Casi se pierden, terminan en un lugar que aparentemente no existe. Un castillo en ruinas y una puerta misteriosa como de luz. Eso fue lo que comprendió.
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