Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 113 de la novela.
—Comprendo —dijo el Rey y añadió—. Esperemos que la victoria sea total. Dejaremos todos los honores, para completarlos luego, continuando marchando rápidamente a la puerta. Yo, les cuento, había compartido la situación del reino con El Anciano la primera vez que nos cruzamos, el me dijo que mandaría ayuda; pero que solo iba a poder mandar la ayuda disponible, ya que no podía calcular la demora de armar un equipo y plan acorde para la batalla mejor, comunicándose y acordando y viajando a tiempo para tal momento los guardianes necesarios desde lejanas esferas. Ustedes mismos llegaron prácticamente en medio de la batalla. Y les estamos muy agradecidos, fueron muy eficaces. Yo pensé de que al no poder enviar a nadie vendría El Anciano y Sueñosreales en persona, pero vinieron ustedes y manejaron muy bien la situación. Como saben la situación estaba muy grave aquí. Sus líderes seguramente hicieron lo que pudieron. Si no pudieron venir, era porque no pudieron, una vez más lamento lo sucedido, que el lugar donde estaba Marcos se derrumbara, es algo que nadie supuso podría pasar, yo soy en parte culpable de ello si es que hay alguien culpable.

Sentimos que suya no es la culpa— dice Mateos—. También comprendemos que era necesario entrar en batalla de no poder otros. Pero sinceramente no comprendemos el porqué no pelearon nuestros líderes, que al momento de mandarnos aquí estaban y tienen más experiencia. Y nosotros no sabíamos dónde vendríamos, ni cuántos, ni bajo qué condiciones.

El Rey escuchó, hizo una reverencia, y dicho lo siguiente, a gran velocidad se alejó:

—Tengan paz, seguramente les aclararán todo. Yo por mi parte, pensé nada les pasaría, son poderosos, pero esa cueva no soportó. Me adelantaré para ganar tiempo.

Los tres guardianes y el Rey, tuvieron un poco de consuelo con la esperanza de que Marcos se curara. Aunque desconformes en su corazón con Sueñosreales y El Anciano. Mateos dirigió una oración al Creador de todo por la sanidad de Marcos, y finalizó diciendo junto con sus amigos que en ese momento se volvieron deseosos de Dios:

—Padre tú que sabes todo, en el nombre de Jesús, amén.



Es la página 114 de la novela.
—“Amén”— Dijeron.

En silencio continuaron marchando, hasta llegar luego de cansador viaje al castillo principal, y sin ningún tipo de retraso más allá de la complicación de bajar a Marcos hasta el final de la escalera mediante sogas, anudadas y tenidas por soldados, a la parte inferior de las escaleras que conducen a la bóveda donde está la puerta... Allí abajo los tres, más dos guardias, lo cargaron, y sin saber cómo hacer para hacerlo pasar por la puerta; pues estaba inconsciente, literalmente lo lanzaron a la cuenta de tres a través de la puerta. El Rey estuvo presente en todo momento.

—Mónica, sigue tú —dice Mateos—, con su espada y con sus cosas. Luego Estefanía y yo.

El Rey dijo antes que atravesaran la puerta:

—Estoy seguro nos volveremos a ver, y festejaremos estando juntos, compartiendo historias de victorias. Todo el reino pedirá al Creador de todo, por la sanidad de Marcos, será ley por diez días y durante otros diez daremos gracias. Desde ya les digo, cuenten con mi ayuda, no duden en pedírmela para lo que necesiten, voy a ayudarles de la misma manera que lo hicieron con el reino: Hasta con mi vida. Éxitos y buenos caminos por siempre.