Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 46 de la novela.
...Y bueno paseamos, me mostraron adelantos tecnológicos que me encantaron. Poseen en medio de la naturaleza, edificios cuadrados que salen de pozos de debajo de la tierra. Pozos que por lo visto los preparan ellos. Los edificios así que vi, son de forma cuadrada; en el centro están abiertos, circula aire, entra luz; en su centro y a su alrededor. Y allí en los edificios tienen de todo. Son como pequeñas ciudades. Nunca vi algún disturbio, suciedad, algo roto, o manifestación agresiva. Me hubiera gustado seguir recorriendo.

¡Es tan hermoso su planeta, la verdad tenía ganas de quedarme allí!

—Muy interesante todo lo que nos contaste Vero —le dice amablemente Pablo, añade—¿Vamos a algún tipo de tribu salvaje?

—No, tienen una tecnología semejante a la nuestra. Pero como exigían a los guardianes pagar más piedra, y nadie lo hizo, dejaron la zona aislada, y no se preocuparon en hacer un recibimiento afectuoso como el lugar realmente desarrollado que les conté —Les responde Verónica.

—No le llevemos la piedra —Dice Pablo.

—Deja, no venimos a juzgar —le responde David —¿Qué te crees que somos?

—Que raro ustedes dos peleándose... —Dice Esperanza.

—Lo dije en broma, no íbamos a pasar por tanto lío para tirar la piedra esa que tanto valoran a un grieta que nos cruzamos por ahí...

—Mmm ¿Necesitas unos masajes en la espalda Pablo? ¿O te habrás lastimado un dedito al caerte pasando por la puerta?

...Esperanza y David se miran, se alejan un poco, y los dejan charlando solos un rato. En realidad ninguno dudaba de hacer la tarea relativamente sencilla que le habían pedido, aunque mucho no les agradaba realmente la situación que en torno se generaba.

Esa noche sabiendo hacia dónde tenían que dirigirse, poseyendo así un destino, se les cambió totalmente el ánimo. Aunque había cosas que les molestaban, se aferraron a la luz que encontraron en medio de oscuras cavernas y bosques, rodeados de tormentas y animales salvajes.



Es la página 47-48 de la novela.
Esta vez hicieron guardia de dos en dos, para que no los atacaran animales, ni se llevaran ninguna sorpresa. Verónica se durmió en el hombro de Pablo, no eran novios ni nada aún, pero ya se notaba la muy “buena onda” entre ellos, que se buscaban mutuamente.

David le tomaba la mano a Esperanza, típico de él sin saberse si estaba envuelto en una paz profunda disfrutándola, o pensando en algo en silencio; pasaban ratos así juntos. Él solía pensar mucho, y ser bastante reservado con expresar sus ideas.

Esperanza incluso ya no incomodada porque Pablo no tenía novia, se recuesta en el hombro de David. David la abraza. Notándolo Esperanza le dice de forma “pícara” mirándolo fijo a los ojos y con voz pausada:

—¿Te estoy molestando?

—Para nada, estoy muy bien.

—¿Te gusta estar conmigo?

—Sí, uff, sí qué me gusta.

Esperanza le da un beso muy cerca de la boca... David se siente por un instante más nervioso que nunca en su vida. Le palpita el corazón tan fuerte que Esperanza lo siente, ella ríe sintiéndole ternura, le dice:

—¿No me vas a preguntar si quiero ser tu novia?

—Sí acepto.

Dice David, Esperanza se ríe de lo tímido de David.

David, hasta incluso, oraba bien bajito a Dios, para que si podría ser, fuera su novia Esperanza, si no era en contra de la sabia voluntad del Eterno. Y era por ello que no quería dar el paso inicial, sino que pedía que los alejara de no entrar en su voluntad, por que no quería sufrir, ni que sufriera ella. Era un practicante del cristianismo, pese a estar en una situación muy rara, no abandonó nunca su fe. En realidad, muy pocos cambiarían su forma de ser...

A Esperanza le encantaba David, su apariencia y su forma de ser, incluso su distanciamiento.

Luego de la larga noche, tan larga como siempre suele ser en tal planeta, Pablo era novio de Verónica, y David lo era de Esperanza. Comenzaron a recorrer el lugar, para llegar a la puerta, siguiendo a Verónica como si estuvieran paseando. No obstante Pablo parecía más alerta que en cualquier momento en que estuvieron en tal lugar.

En una noche, pues tardaron varios días en llegar a la puerta, con su lento recorrer. David le pregunta de si presentía algún peligro, y por ello estaba más alerta que antes, recordando lo que les habían ocurrido en su querida Tierra, en su auto. Le responde Pablo.

—La verdad que es porque no quiero que perdamos aquello tan lindo que tenemos. Pese a todo lo malo, estamos viviendo un sueño.

Al llegar acampan en la puerta, antes de partir siguiendo su destino. Ya estaban haciendo todo con mucha calma, después de todo, nadie nunca les dijo que se apuraran. Pero es el momento de pasar a otra esfera antes de volver aquí. En otra esfera, otros del grupo de los diecinueve, estaban ya dando sus primeros pasos en un mundo distinto. Recordemos que no todos los jóvenes estaban pasando por lo mismo en el mismo tiempo. Incluso algunos aún no estaban en el tiempo.

(Fin del capítulo)