Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 44 de la novela.
Les contó cuando acamparon para comer por primera vez juntos, su historia de forma más detallada; luego de rápidamente prender una fogata frotando a gran velocidad dos ramas secas:

—Fue increíble, Sueñosreales me mostró como en sueño un diagrama de la zona a donde vendríamos. Pero antes me dijo que iría a buscar una de esas piedras que les dije, miren... es negra brillosa, e irregular, rarísima. Me contó, se formaron en un planeta que siendo muy inestable llegó a estallar. Meteoritos de materiales que no suelen haber en otros lugares se formaron y fueron a terminar en distintas partes del universo, en un planeta de un sistema solar cercano a este, me mandó a buscar una. Porque aquí también los habitantes de este lugar encontraron algunos fragmentos, y comenzaron a valorarlos con un muy, muy alto precio; pese a que solo son piedras raras.

Allí me encontré incluso con dos guardianes, protegen de los señores del olvido la puerta de tal lugar. Me trataron muy bien; no recorrí mucho porque tenía miedo de no encontrarlos. En ese mundo hay una tecnología más amplia que en la de la Tierra, y cuidan mucho a su planeta. ¡Tienen unos jardines tan hermosos!

Los dos guardianes viven cerca de la puerta ¡Se les siente un honor! Les construyeron un sistema que los alerta de cualquier movimiento cercano. La puerta está dentro de un cubo de material transparente, que indicaba en un gráfico que era muy duro. Los ayudan a que no sea destruida. Ese cubo que le pusieron párese ser que resiste hasta impactos de meteoritos, cuando salí me di cuenta que era re ancho, tres metros de espesor, y sin embargo es transparente. Los guardianes me mostraron su casa, es totalmente automatizada, y programable con movimientos de la mano. Ellos son altos, normales, ni gordos ni flacos; se visten con ropas coloridas un poco ajustadas, ellos y los que luego vi también. Sus ropas varían unas de otras, algunas con muchos colores, otras con uno o dos colores únicamente, y algunas variaciones en el diseño también. Algunas tenían flecos...



Es la página 45 de la novela.
Toda muy linda la casa, las paredes podían cambiar de relieves y diseños de colores e imágenes, tipo murales de arte visual o abstracto. Y poseen pequeños robots que se encargan de varias cuestiones básicas, limpian, dan información, y sirven infusiones de hierbas. ¡Son re simpáticos! De un metro y medio de alto, color claro, y con una mochila en la espalda, su cabeza es como un casco de moto, y en toda ella pueden reproducir como si fuera una pantalla en 3D.

Pero lo más bello son los jardines. Mucha combinación de colores de distintas plantas, árboles, y arte; con caminos para que transite la gente. Y son tan buenos todos, ¡que bello planeta! Eso sí, hablaban un lenguaje muy raro, pero un guardián de los dos me entendía un poco los gestos que yo hacía, y me hacía de traductor. De no ser así no me entendían ni un “sí” o un “no”, entendía estas palabras, ninguna más que estas: Sí, no, feliz, enojado, hambre, sed, baño, lindo, feo, sigamos, detengámonos, pelear, y descansar.

Las únicas que no usé son “enojado y pelear”.

Me dieron víveres envueltos en un material especial que permite que pasen a través de las puertas, al tenerlo con la mano. Todas esas cosas las dejé en la puerta de acá, cuando los comencé a buscar a ustedes, tontos. La piedra también me la dieron sin ningún problema, y eso que tenían el meteorito exhibido en un parque para que todos pudieran apreciar su extraña belleza. ¡No saben lo buenos que son!

(Sus tres amigos, estaban tan absortos y maravillados de lo que les contaba, que se limitaban a escuchar a Verónica y ver su emoción.)

Me preguntaron si necesitaba todo el meteorito de más de un metro, que si lo necesitaba para una misión más importante de la de ser mirado, me lo entregaban como lo requiera. Les dije que uno pequeño me bastaba, y me entregaron un pedazo pequeño. Me preguntaron mostrándome dibujos. Sueñosreales me había indicado uno pequeño. Es algo así como un pago pacífico que le hacen los guardianes para que protejan todos los alrededores de la puerta.