Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 199 de la novela.
Y comenzó a llover de a ratos, el mundo parecía que se había vuelto contra ellos. Entre la lluvia comenzaron de vez en cuando, a atacar unos insectos grandes, voladores, El Anciano los desintegraba, y sintió Sueñosreales que en ese momento estaba confiando en su amigo totalmente, y entendió que en ese momento su vida en parte estaba dependiendo de él. No es que moriría si uno de esos insectos le atacara -y también podría defenderse de ellos si quería, pero sintió se ocupó de eso El Anciano-, pues moriría allí pero mantendría la visión, pero sin embargo más allá de lo que sabía, también esto sabía en su corazón: Que en ese momento estaba confiando en su amigo, y su amigo estaba cuidando de él, y confiando también en él totalmente, y esto lo alegró, pero le angustió el corazón la culpa de sus dudas. Pero por las dudas comenzó, porque así lo hubiera hecho, también a concentrarse en los insectos, que no se acercaran demasiado. Pero en lo que más se concentraba era en lo que había bajo tierra.

Expresó realmente lo que sentió en el medio de la guerra en relación a esta:

—Hay como unos gusanos bajo tierra. Su única razón de ser es subir cuando sienten movimiento a comer lo que se mueve. Aunque esto sea una roca. No puedo hacer mucho contra ellos, me estoy desgastando, y me cuesta mucho evitarlo. Casi no tienen mente que influir. Es casi como tratar de convencer a una rama que no se mueva por el viento.

Y El Anciano apura el paso. Se llegó a escuchar y ver como una de las torres del castillo se derrumbaba con fuerte estruendo. Recorriendo el camino, se comenzaron a ver a esos “gusanos” que lo que hacían era salir de la tierra y clavarse con sus dientes contra aquello que les llamaba la atención. Algunos habían quedado colgados de ramas, otros incluso de otro gusano, algunos se estaban tragando algo, piedras o ramas. También se veían aveces como unos agujeros sin nada, la resultante de, aunque resulte raro decirlo: el ataque de los patitos.



Es la página 200 de la novela.
El más fastidiado de los dos es Sueñosreales, El Anciano pelea totalmente concentrado, sin cometer error alguno, y apenas usando un poco de su poder; mientras que Sueñosreales está luchando en su ser contra los monstruos que él mismo creó, y se volvieron en su contra. Se siente realmente débil, y recién comienza la batalla, ya le duele la cabeza, pero se concentra y cargando con un su insoportabilidad interna, avanza apoyándose en su presunto enemigo para no caerse.

—¿Los muchachos están bien? Le vuelve a preguntar El Anciano, como a los doscientos metros de alejarse del castillo.

—Algunos están asustados, y algunos se están divirtiendo. Jaja! Estos pibes… Mónica igual no deja pasar nada. Solamente peligró Sonia que quería agarrar un patito, pero Miguel se le interpuso y destrozó al patito. Jaja cómo le gritó, ya se lo mostraré cuando podamos.
—¡Miguel! Creo que será muy poderoso.
—Sí...
...Y continúan avanzando en medio de la lucha. Cada vez parece, los bichos que los atacan son más grandes.
—Atravesó otro guardían la puerta —dice Sueñosreales—, no sé si es amigo o enemigo, pero es fuerte.
—Tiene razón, ahora lo presiento, aunque no aún como un peligro.
—Igual.
(A los minutos…)
—Pacificador —murmura Sueñosreales—. Es él.
—Qué interesante —le responde El Anciano.
—Si el ataca primero será un problema.
—Sí —comenta El Anciano—, pero sería una declaración directa de guerra por parte de ellos, yo creo que más bien buscan la paz. Dile todo a Noemí, y que si morimos los tres, atraviesen parte del grupo la puerta, y parte se queden protegiéndola, con nuestra última instrucción: Que sean derrotados en batalla, aniquilados los Señores del olvido. Pero me resulta increíble que esto pase.
—Hecho, pero a mi no me resulta increíble. Me impondré primero.
—No, espere.
—O me concentro en los gusanos, o me concentro en él igualmente.
—Ante el primer dolor lo pulverizaré.