La buena literatura suma inteligencía
Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.
Autor Javier R. Cinacchi
Es la página 201 de la novela.
(A los minutos.)
—Quedémonos quietos, así no atacan los gusanos —dice dándose cuenta Sueñosreales de qué es lo que haría en tal situación— Hablaré con Pacificador, a las arañas y demás las verá venir.
Y así lo hizo, y al “volver”, dijo lo que le ocurrió:
—No me atacó, aunque supongo presupuso que lo que veía era una ilusión. Cuando me vio comenzó a hablarme él, y dijo: “¿Qué opina ahora de que criaturas como la que llegó a su mundo, llegue aquí o llegue a otro? Claro que nosotros no la enviamos. ¿Qué cómo lo sé? simplemente lo sé. Ni que ustedes no supieran cosas aunque no se las diga nadie”. A su alrededor los bichos estaban todos muertos, él tranquilamente sentado en una piedra que puso en medio del camino, cerca de la puerta. No le respondí nada y me fui.
—Interesante…
—Sí pero ¿y qué hacemos?
—Él no tiene derecho de estar aquí, se le podría echar o preguntar qué quiere, o acercarnos a ver qué pasa.
—Acercarnos a ver qué pasa… —murmura Sueñosreales.
Y se fueron acercando a Pacificador de Dolores. Y cuando estuvieron cerca Sueñosreales ya abrió los ojos, y quitó su mano del hombro del Anciano. El Anciano entendió que ya estaban dentro del área que había afectado Pacificador, los únicos enemigos que se veían estaban muertos. Le dijo a la gente que se quedara allí. Sabiendo que también allí estaba el ser extraño bajo tierra, aunque un poco más alejado. Y se fueron acercando hasta que los tres estuvieron a pocos metros de distancia. Y habló El Anciano:
—¿Qué hace aquí en este momento tan especial?
—Vine a ver si necesitaban ayuda.
—¿Cómo se enteró del problema?
—Un guardián dijo que un ser muy poderoso y maligno vendría aquí. Usted sabe que como a nosotros nos preocupa mucho este tema, estamos muy atentos.
(Y Sueñosreales se sintió contento, sin manifestarlo, de la respuesta que proyectó en realidad El Anciano en Pacificador, porque eso es lo que El Anciano realmente piensa que diría.)
Es la página 202 de la novela.
El Anciano lo miró, Pacificador lo miró. Y El Anciano dijo:
—Gracias por su ofrecimiento de ayuda, pero decido que se retire. Será especificadas en nuestras Crónicas su oferta de ayuda, y mis palabras de que nosotros podemos hacer frente a todo lo que nos ocurra en nuestra esfera.
Y se lo quedó mirando fijo, y comenzó a resplandecer. Sueñosreales le dirige una mirada de reojo, y se alejó unos pasos de su compañero.
—Comprendo —dijo Pacificador—. Éxitos y buenos caminos por siempre.
Les dio la espalda y se fue marchando a la puerta, como quien camina por la playa en un día tranquilo. El Anciano, estaba totalmente concentrado, aparentemente para atacarlo al instante, aunque fuera lo último que hiciera en su vida.
Y estuvieron casi una hora esperando que Pacificador se alejara tranquilamente, y atravesara la puerta, luego incluso que se pusiera a ver una planta, y volviera a acomodar la piedra donde estaba sentado de donde la sacó. Aún sabiendo que El Anciano lo supo, al instante en que Pacificador atravesó la puerta. Sueñosreales que no le sacó la mente de encima -porque eso hubiera hecho en tal situación-, dijo:
—Uff! Ya se fue este.
—¿Y la gente cómo está?
—A ver… Murieron dos por insectos, y gusanos se les acercan. Ahí detengo los gusanos.
Y El Anciano comenzó a trotar hacia ellos, Sueñosreales también. Al llegar habían cuatro muertos, tres se habían ido corriendo a buscar su inevitable muerte solitaria. Y volvió El Anciano a hacer su pequeño muro, le dirigió una mirada a Sueñosreales, y este cerrando los ojos dijo:
—Odio a estos gusanos. Y para peor esta intermitente lluvia.
La gente que quedaba se acurrucó a ellos, y retomaron el camino hacia el grupo de guardianes.
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