Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 209 de la novela.
Impresionantes criaturas los dragones. Enormes, se los comenzaron a ver llegar desde lejos, a cuatro de ellos. A la distancia se les ven volar y con su fuego saliendo de su respiración. Y se abalanzaron desde cuatro puntos distintos con toda su fuerza. Y Flavia los detuvo, y algunos relámpagos comenzaron a golpearlos, y el chillido de los dragones golpeados dañaba los oídos. Pero Flavia los frenaba, y un fuerte viento se volvía contra ellos, y dragones con la fuerza de sus alas logran seguir en el intento del ataque, y al verse frenados, comenzaron a hacer fuego en su interior y a escupirlo, y a subir y bajar. Pero no eran casi dañados y la fuerza de Flavia se cansaba más que los dragones, además le costaba trabajo predecir el movimiento incluyendo el frenar el fuego que tiraban con viento. Mucha vegetación alrededor ya comenzaba a quemarse. En un momento de la rápida batalla, ante una bola de fuego que se les viene encima, apenas logra hacer que la esquiven ella y sus amigos, Flavia pierde el control y se queda ella afuera, flotando casi al ras del suelo y por intentar arrojar cerca de la puerta del castillo a sus amigos, casi ya no frena a los dragones. Y le lanzan bolas de fuego, Flavia las frena a lo lejos retomando la lucha, pero un dragón atraviesa el fuego, y es el fin de la guardiana escuchándose solamente el grito del dragón. Ya en tierra impactado otro relámpago contra su durísima piel herida, muere, por un relámpago muy fuerte provocado por Nicolás. Los otros tres se acercan, los dragones serían vencidos, no se sabe bien quién de todos los mata... Sueñosreales los sumerge en oscuridad, Miguel los desintegra, Marcos les suma calor, Tomás los seca, El Anciano los ataca, Ceci los disuelve y cada cual hace lo suyo con alguno al tiempo que se iban sumando los guardianes. Y los dragones mueren, y la tierra se conmociona, y el enemigo que por unos momentos estaba perdiendo, ante la furia desatada contra su creación recobra nuevas fuerzas, y los jóvenes guardianes son uno menos; y uno menos, muerto así, les pesa tanto, tanto en el alma, como si tuvieran el peso de una montaña encima de todo su ser...



Es la página 210 de la novela.
Sueñosreales vive el momento como si fuera real, se queda unos minutos inmóvil, haciendo pelear entre si a cuanto ser extraño se les acerca para atacar, nunca tuvo hijos, pero se da cuenta ahí valora a cada uno de los veinte como si fuera su hijo. Avanza haciendo resonar sus pasos rumbo hacia la puerta entre los restos de un dragón y un sector en llamas que despeja Marcos, pues comienzan a seguirlo. Sí sus pasos resuenan en la cabeza de todos. El Anciano se estremece, siempre resplandeciendo en esos momentos, no desea ver a su amigo enojado. Hasta los gusanos saltan de la tierra y se pelean entre si, y los amigos que los siguen solo tienen algo de paz porque David está ahí. El Anciano le dirige una mirada a David, pero Sueñosreales, adelantado su paso, a punto de correr contra su enemigo, como para agarrarse a piñas, hasta vencerlo con sus propias manos; un gusano gigante se lo traga rompiendo la tierra, y escondiéndose de nuevo en esta.

En su visión, de repente se siente en todo su cuerpo, Sueñosreales, como se arrastra por el interior del gusano, quien se está dejando caer para enterrarse por el mismo agujero por el que salió. Siente dolor en los oídos, y ve oscuridad. Es ahí donde entra en razón y se dice a si mismo:

—¡Pero si seré! Se supone que todo esto es irrealidad, y mi amigo es mi enemigo. Pero como odio a estos gusanos… Bueno si muero yo también así, indudablemente tendré que analizar mi comportamiento más que el de El Anciano. Este gusano ni siquiera le puedo hacer nada para dañarlo, ¡es tan grandote y estúpido!

Y Sueñosreales refunfuñando desde las entrañas del gusano, Y Noemí del exterior lo hacen salir de debajo de la tierra generándole el impulso a atacar de nuevo. Y es nuevamente El Anciano quien mata a otro gusano gigante, solo que ahora comienza a atacarlo con pequeños rayos, esperando en su interior no atravesar con uno a su amigo. Y Le dice a Cecilia, que lo consuma por delante, y ella parada al lado del Anciano, ambos resplandeciendo, cruza los brazos en cruz, y la parte de adelante del gusano comienza a desintegrarse en humo, El Anciano le dirige una mirada de reojo a Cecilia… Le dice “detente, no sea que disuelvas a Sueñosreales”.