La buena literatura suma inteligencía
Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.
Autor Javier R. Cinacchi
Es la página 213 de la novela.
El tercer día.
Y así comenzó el tercer día de batalla. Mirando a un patito en la oscuridad iluminada por tres columnas de fuego que había hecho Marcos. El patito, como si fuera una bomba a punto de estallar.
—Ese patito… —dice Miguel—. Sé que en cuanto presiente el peligro, un segundo antes, cambiará y hará desaparecer parte de su entorno, y otra vez la guerra.
—Ya lo espanto —dice Sonia—. Aunque también, a veces, ni bien me conecto a ellos, se activan.
—¿Porqué mejor no despiertas a David y se lo dejas a él? —le responde Miguel.
Ni bien Sonia se concentró, el patito cambió de estado.
—¡Ay no! —dice Sonia— Pero si sos re lindo...
Y muy cerca de ellos “estalló en vacío”, allí su poder chochó contra la cúpula de protección de Mónica, quien al sentir conmoción en su ser, despierta con un grito. Y así comienzan, con un grito en medio de una madrugada lluviosa. Su grito sobresaltó a todos, Miguel tomando la iniciativa dijo:
—Intentaré encargarme yo de los gusanos, de hecho, todos los cercanos ya los he consumido. Y no estoy dejando que crezcan nuevos a nuestro alrededor. ¿Pero escuchan esos gritos, o solo soy yo?
Sueñosreales mira a El Anciano. Cristian es el que habló:
Por todos lados vienen,
gritan su odio contra los vivos.
Sus grandes bocas dientes tienen
sus brazos disuelven.
Y aparecieron seres con boca gigante y algunos dientes, y cuatro a seis ojos, algunos con dos brazos, otros con tres o cuatro. Ojos sin párpados, animales con algo se apariencia humana. Algunos corrían sobre sus piernas erguidos, otros usando brazos y piernas, y algunos saltando.
Es la página 214 de la novela.
Sueñosreales dijo mientras miles de gritos se escuchaban acercar por todos lados:
—Juan y Marcos, Miguel ya que tiene ganas de pelear, Sabrina. Y Sabrina, consígale una buena espada a Verónica y a Pablo, y David podría inmovilizar a los que se les acerquen de más a Pablo y Verónica.
Y horas estuvieron peleando contra esos seres, Juan moviendo bolas de fuego que le hacía Marcos rodeando piedras que él levantaba, y aveces tirando algún tiro de su revolver. Miguel rodeado de oscuridad y hacia donde miraba, enemigo que se cruzaba por su mirada lo envejecía hasta que quedaba hecho huesos y polvo en unos pocos segundos. Sabrina los atacaba con unas especies de estacas que proyectaba para que impactaran en esos seres. Verónica y Pablo los cortaban con espadas que les dio Sabrina. David en cuanto miraba un monstruo detenidamente, este se inmovilizaba, al grado de ni respirar, estaba tranquilamente sentado matando enemigos, como si aburrido mirara al mar. De vez en cuando se escucha un grito de Pablo que sobresalta además del de las criaturas, y cuando el grita retroceden, o aveces incluso mata algunas, solo con su voz. Sueñosreales contemplaba la pelea y sentía al Anciano, casi no interviene aquí, siente que el único objetivo de El Anciano es llegar y destruir a la cosa que daba vida a todos estos peligros. Y Mónica descansó, pero siguió caminando, pues en ese momento salieron de la especie de hueco donde se encontraban, y lentamente fueron abriéndose paso por entre los enemigos.
A partir del primer día, cuando todos estuvieron en el castillo, ya se les había hecho costumbre dividirse entre los que descansaban y los que peleaban. Recién al tercer día Sabrina hizo aparecer pan, queso y cerveza. El Anciano y Sueñosreales la vieron hacer esto, y lo disfrutaron. Y Sueñosreales habló con El Anciano mientras los ya mencionados pelean.
—Esa cosa —dice Sueñosreales—. Ya ha presentido que somos su peligro, no se expande sino que se centra en nosotros.
—Excelente noticia —dice El Anciano—.
—Sí —dice Sueñosreales— pero dígame para usted cómo es que llegó esa cosa hasta aquí.
—Sinceramente siento la atrajo su poder —dijo El Anciano y lo miró—.
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