Leer la novela online: Novela "EL Grupo de los Diecinueve Jóvenes 2" Separados en Esferas Lejanas.

Es la página 219 de la novela.
y El Anciano se dice: “Si no lo destruyo rápidamente, esa cosa se alimentará de mi poder”, y Sueñosreales se da cuenta del problema en que está. Y para ganar tiempo y ver si se le ocurre algo, comienza a lanzarle rocas gigantes, teóricamente que se las lanzaba “la cosa esa”, y El Anciano las fue destruyendo, y entonces sin dejar se aleje de sus compañeros guardianes, Sueñosreales les influía peligros que no los dejaran separar, ya que si El Anciano estaba junto a ellos presuponía no utilizaría gran poder. Y hizo unos seres sin cabeza, o mejor dicho la cabeza estaba en su cuerpo, y tenían muchos brazos y ojos por todos lados, y se movían muy rápido. Lo malo fue que algunos monstruos del enemigo, gusanos principalmente los atacaban, y estos seres solo atacaban a los guardianes, pero El Anciano al ver esto solo pensó “indudablemente esos gusanos apenas tienen mente como dijo mi amigo”. Y así estuvieron peleando contra todos los tipos de enemigos que hasta ahora se les había presentado, e incluso contra rocas gigantes proyectadas contra El Anciano, y otros enemigos nuevos que generó El enemigo, y no le quedó más remedio a Sueñosreales que dejar salir al enemigo de debajo de la tierra -y ahora sí El Anciano para poder llegar al enemigo se estaba debilitando-, y fue otro gusano gigante. Y El Anciano no lo atacó sino que fueron Mateos y Miguel que lo empezaron a destruir, hasta que esa cosa les escupe fuego y al verlo El Anciano interviene con gran fuerza, y le dice a sus compañeros “aléjense de mi”, y Sueñosreales se preocupa, y nuevamente lo envuelve en oscuridad a El Anciano, y este resplandece, y comienza a sentirse El Anciano como en una pesadilla, y siente pesadumbre y siente temor, y se siente débil. Y no soportándolo se defiende, porque su ser siente la realidad de que es atacado… pero no sabe si los jóvenes guardianes ya se alejaron de él lo suficiente...

Fuera de la ilusión comenta Cristian hablando con Marcos, Mateos y algunos más, en una conversación de las tantas que en esos momentos se tenían...
—¿Se acuerdan de cuando Sueñosreales habló de no pelear? Y ahí está peleando… Aunque claro, ellos dos son especiales. Pero me resulta gracioso que días antes nos estaba enseñando lo contrario de lo que hizo.



Es la página 220 de la novela.
—Sí —comenta Marcos—, y resulta que al final el que más apoyo da a los Señores del Olvido, es El Anciano, que nos contó aquella historia en que los mostró a ellos como malos y a los guardianes como los buenos. Y seguramente Sueñosreales quiere disolver toda duda de que no sea capaz de matar a algunos de nosotros por el simple hecho de que algún día podamos hacerle la contra…

—Opino —comenta Mateos—, que es necesario se llegue a una conclusión rápida de esto. Tal vez Sueñosreales estaba junto a El Anciano, porque en parte ya desconfiaba de él, y El Anciano, debería saber que este momento algún día llegaría. Se puede pensar cualquier cosa ante el mínimo detalle si no hay confianza. Es tremendo, ahora imaginen si muere Sueñosreales y queda solo El Anciano.

—Supongo —responde Marcos—, decidiremos entre los veinte qué hacer, e igualmente Noemí está al tanto de todo y en ella confiamos totalmente. —Sí pero sería tremendo —comenta Mateos—. Más sospecharíamos, de que todo esto es un caos. Y tal vez después sospechen de nosotros. Somos los únicos guardianes aparentemente aquí, además de ellos en este momento. Aunque les soy sincero, yo no creo que El Anciano quiera algo malo, ni Sueñosreales. Y que Sueñosreales se dejó arrastrar por sus emociones.
—Para mí que es así —comenta Cristian— solo que me parece, acá a nosotros no nos...
Estaban hablando cuando Miguel comienza a gritar:
—¡Vamos a la puerta! ¡Vamos a la puerta! ...

Se empiezan a amontonar en el centro “¿Porqué?” “¿Pero qué te pasá?” Miguel no se detiene en dar explicaciones, intenta agarrar a Sabrina de la mano y obligarla a acompañarlo, pero ella se niega: “¿Pero qué te pasa? No tengas miedo”, y Miguel viendo no consigue movilizar a nadie, sale corriendo hacía la puerta. Se lo quedan mirando “...qué lo detendrá antes de llegar Verónica…”, “Que, qué le pasa…” “¿Se volvió loco?…”, “¿Estará haciendo un chiste?” “¿Le avisamos a Noemí?”... Y se siente temblar la tierra. De los dieciocho están todos allí menos Noemí y Miguel que ya salió corriendo.