El Grupo de los Diecinueve Jóvenes y la Primer Puerta.

Es la página 177-178 del libro.
—¡Ja! No lo dudo. Hazme un favor… que Abbila le deje junto con otro guardían, algún presente en forma de señal de que están bien, en cada uno de los hogares de los chicos. Pensé en una piedra que brilla de noche… una lágrima de luz y unas monedas de oro… a los humanos siempre les gustan. Escuché dijeron una media mentira de que habían encontrado algo. Así saben que están bien. Ya sabe… son humanos se preocupan mucho por lo que piensan los demás y en la ausencia —Dijo Sueñosreales, a lo cual El Anciano asintió y dijo:

—Será hecho, pero le está hagarrando mucho cariño a este grupo, cuidado. Recuerda que para los guardianes no existe familia, sino hermanos de lucha. Cualquier cosa que te ocurra no dudes hablarle a tu mejor amigo. —Apoya El Anciano la mano en el hombre de Sueñosreales, y se aleja sin esperar respuesta alguna.

Sueñosreales dirige una mirada hacia las estrellas, sabiendo que están, aun sin verlas de día. Dice antes de alejarse, unos versos a fuerte voz—:

Allí van los que quieren hacer algo distinto,
a cumplir sus deseos, en lejanos lugares.
Cosas nuevas rodearán y tomarán decisiones
avanzando siempre con paso recto.

Aprenderán, dejando…
¡Seguramente! huellas de bien.
Siendo al poco tiempo,
conocedores de antiguos rumbos.

No lo dudo; saldrán victoriosos,
son buenos, fuertes vencedores.
¡No dejarán virtudes en olvido!
¡El grupo de los diecinueve jóvenes!

En ningún momento les olvidaré.
Estaré atento, estarán siendo,
ricos por dentro. ¡Éxitos,
y buenos caminos por siempre!