El Grupo de los Diecinueve Jóvenes y la Primer Puerta.

Es la página 151 del libro.
Cuando se alejan de la visión de Marcos, a Marcos lágrimas comienzan a caérsele lentamente rosando sus mejillas. Sabe, tal vez, ha perdido la oportunidad de su vida, por no haber seguido al rey y sus caballeros, de vivir aquella época y circunstancias para él apasionantes. Sus sueños han pasado delante de él, le han invitado a realizarlos, y no lo ha hecho; se siente fatal.

—Gracias por elegirnos Marcos —dice Carla—, si se nos presenta la posibilidad intentaremos ir todos juntos con aquel rey y sus caballeros.

—Estate seguro —añade su amigo Mateos—. Te acompañaremos.

Todos consintieron, algunos incluso sin comprender el porqué de las lágrimas de Marcos, o el porqué debían estar de acuerdo para no quedar desubicados, cuando en realidad no deseaban ir a ningún castillo a pelear cuerpo a cuerpo con espadas (si las llevaban supuestamente las usan). A la hora, la señorita mencionada por Cristian llega y dice:

—¡Hola lindos! ¡Éxitos y tranquilidad! —Saludándolos de esta forma, añade:— Pueden llamarme Abbila.

Luego de saludarla los diecinueve cordialmente y con grandes expectativas, añade Abbila:

—Les pido desde ya disculpas, si en mi ignorancia menciono en algún momento algo causante de molestias en ustedes. Esto si llegara a ocurrir, sería fruto de mi incompetencia, pues de ninguna manera deseo causar algún tipo de incomodidad en alguno de vosotros.

—No te preocupes —le dice Flavia.

Marcos aún pensando en el rey, pregunta:

—¿Pasó recién un rey y su escolta personal? ¿Los conocés? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van?

—Vienen cada tanto, de otra esfera, perdón planeta. Hoy, a reunirse con un líder de los guardianes de las puertas. No los conozco al rey y sus seguidores, sinceramente he estudiado para poder entablar comunicación con ustedes. Otro grupo se encargan de la comunicación con ellos.

—Nos saludaron como treinta personas —dice Nicolás—. No los entendimos ¿Tenés idea de ello? Luego se fueron, parecían nerviosos.

Es la página 152 del libro.
—Fueron a pedir me buscaran a mí. Es la comitiva de recibimiento para el rey y sus seguidores que vieron. Los confundieron, y tal vez los saludaron como a ellos: “¡Honor y buenos caminos por siempre!” —Dice Abbila.

—Disculpa... —dice Sabrina—. Si me lo permites: ¿Cómo era nos saludaste a nosotros, y por qué sólo una chica? —Pregunta Sabrina.

—Les pido disculpas si les ha molestado —dice Abbila—. Perdónenme por favor.

—Discúlpanos vos a nosotros —dice Carla—, la pregunta es simple curiosidad…

—Comprendo… —Dice Abbila—. El saludo que me han indicado darles a aquellos provenientes del planeta Tierra, en general, en este tiempo es: “¡Éxitos y tranquilidad!” Y sólo una chica para que no se sientan atacados. Si son personas con armas el saludo sería “Paz, ¿En qué podemos ayudarlos?”; si son científicos, “Salud y bienestar les deseamos ¡Son bienvenidos!” y he aprendido muchos saludos en diez idiomas de vuestra tierra, con distintas combinaciones; a los jóvenes me enseñaron, añada “Hola lindos”.

—¿Han pasado otros humanos por aquí? —pregunta Marcos.

—Sí, aunque ustedes son los primeros con los cuales dialogo. —Dice Abbila. Añade—: Estoy muy contenta de hablar con ustedes.

—Y nosotros contigo —dice Mónica.

—¿Vienen seguido, humanos aquí? —pregunta Ceci.

—Muy pocos, por esta puerta ustedes son los primeros desde muchos cientos de años. Por ello no estamos en realidad totalmente preparados. Sin embargo, les voy a pedir me acompañen, pues cerca de las puertas no conviene estar sin conocer quienes las atraviesan… Comprenderán existe gran diferencia entre algunos seres, incluso a veces llegan aquí sin que los esperemos.

—¿En qué idioma hablan los de los reinos? —Le pregunta Marcos.