"La falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes." Winston Churchill
El Grupo de los Diecinueve Jóvenes y la Primer Puerta.
Autor Javier R. Cinacchi
Es la página 143 del libro.
—¡No puede hacer nada! ¡Nada! —le grita Noemí.
Los monstruos con tijeras, comienzan a escalar la pared unos, otros a golpearla; sumando al sonido de sus golpes, grandes bolas de nieve que les tira el extraño impactando en el muro, o son estalladas por Noemí antes de llegar a ellos. Los que escalan no pueden llegar a los jóvenes porque Noemí los hace caer.
—¡Ja! ¿En cuántas cosas podrá tener la mente al mismo tiempo? —grita el extraño.
Comienza a escucharse sonido de algo que desciende fuerte, un sonido algo agudo, Noemí mira hacia arriba, son bombas. Una bomba cae, las otras comienzan a estallar a lo lejos. Se la ve temblar a la bomba caída, todo tiembla, un rayo de luz se observa partir quebrando el hierro de la bomba, y el tiempo se detiene ante su mirada.
—Bueno, bueno… No tan mal por ser una principiante. Pero como verá, ya estalló. Dejo avanzar el tiempo muy poco, y mueren. Se quedarán muertos del susto, y cuando digo muertos, es muertos.
—¿Qué quiere? —dice Noemí.
—¡Ja! Sabe no puede vencerme. ¿Ahora intenta sobornarme? —Hace una pausa el extraño vestido de negro y añade saltando el muro:— Cuénteme todo lo que están haciendo, no se preocupe, sus amigos apenas vieron el proyectil y el tiempo para ellos no está trascurriendo significativamente, aunque mejor no tarde mucho.
Y comenzó una especie de interrogatorio al cual Noemí contesta con la verdad, y del cual el extraño nada responde. Un interrogatorio muy largo para Noemí. La cual aguardando preocupada otra pregunta tal como: “¿Hasta cuándo se quedarán aguardando a los extraviados?” “¿Qué pensaban hacer?” “¿Qué pensaban de sus habilidades?” “¿Qué harían con el tesoro?” “¿Por qué no le dieron los anillos al señor del olvido?” “¿Por qué no olvidaron todo yéndose a sus casas?”. Interrumpe:
Es la página 144 del libro.
—Ok. Veremos como continúan. Le voy a decir lo siguiente: Si hubiera querido los hubiera matado, puedo afectar la mente de otros, para entrando en un profundo sueño, afectarlos. No sabía que usted podía hacer lo mismo. Aunque… usted no tenga remota idea aún de todo lo que puede hacer, es una facultad, temible en todos los mundos, incluso por compañeros. Luego, no pensaba ir tan lejos. Tengan cuidado los que afectan las mentes, hasta incluso podemos hacer creer cosas que no son, volverse dos amigos enemigos y matarse mutuamente ¡Je! ¡Lo qué es el poder de la imaginación!
Desaparece la bomba trémula y rajada a punto de estallar, luego todo salvo las personas, y aparecen en una pradera de campo.
—No atacaré, no deseo dañarlos. No haga nada. Igualmente no le serviría…
—Ok —le responde Noemí.
A los gritos, los compañeros de Noemí se tiran al suelo, y/o se cubren con los brazos, hasta cuando se dan cuenta del cambio de la escena. Carla va a hablar y el extraño dice:
—¡Silencio!
—Mejor háganle caso —dice Noemí. Añade:— Puede afectar las mentes y apenas pude hacer algo.
—¡Ja! —dice el extraño vestido de negro—. Ahora volverán a estar conscientes en su vehículo. Escuchen, las puertas tienen un retardo en el tiempo, sus dos amigos que las han atravesado tardaron en llegar al otro lugar, algo más de quince días de este planeta. Cada ida o vuelta les da un desfajase de tiempo, el pasar de una puerta a otra. En esos días el viajante no se da cuenta del transcurso del tiempo, hay algunas puertas, cuando llevan a lugares muy lejanos que tardan más, otras menos. Esta tarda poco más de quince días de ustedes, a donde los llevé, pues puede conducir a distintos lugares, incluyendo algunos que son como morir. Es por la distancia en velocidad tiempo la tardanza en el viaje, y hacia dónde llevan, algo ya les han explicado.
—¿Y por qué no nos lo dijeron dejándonos esperando? —dice Noemí.
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