El joven Goethe estaba muy inquieto en pesares del amor, cuando escribió Ervin y Elmira, obra (traducción mediante), de la cual está reproducida esta frase, y se dice tuvo mucho que ver con lo que realmente le pasaba a Goethe con Lilí de quién estaba enamorado. Hasta incluso relativamente en secreto le dedicó esta obra. Si bien la frase está relacionada con, la amada que comete un error frente al amado, y luego se atormenta en demasía por ello; puede más allá del contexto,  y de la aplicación que posee en el relato, motivarnos a reflexionar sobre el tema que plantea u otros. En el relato Valerio es un amigo, que junto a su novia consuelan a su amiga que está angustiada por su error cometido, y es allí que dice la frase mencionada.

Usando palabras más fáciles sería algo así: Honradez (sinceridad, altruismo, nobleza, belleza) es  mostrada al acordarse de las propias faltas, reconocerlas y corregirse; sin embargo, no es virtud, ni de tenerse por digno de elogio, eso de estar siempre socavando (debilitando por la insistencia), las energías de nuestro corazón con la labor de escarbar en el recuerdo [para entristecerse continuamente por el error cometido].

Propongo que pienses un poco en esto, que hagas un filosofar en torno a este tema. Y por ejemplo te ayudo con las siguientes preguntas que te podrías plantear ¿es correcto meditar en las actitudes para corregirse? ¿es correcto arrepentirse y tratar de corregir de haber, el error cometido? ¿es correcto estarse “torturando” por haber cometido algún error a modo de autocastigo?

Sobre esta ultima pregunta, han habido grupos que pensaban que la respuesta era es sí, personalmente creo que no se gana nada útil o digno de elogio con el autocastigo, o la autoaflicción; por ejemplo más productivo sería ir y ayudar a alguien que encerrarse a sufrir... pero lo importante aquí no es lo que Javier piense, sino que tu pienses a partir de la frase citada de Goethe. Autor de esta reflexion Javier R. Cinacchi en exclusiva para www.estudiargratis.com.ar